Amiloidosis Cardiaca

La amiloidosis cardíaca es una enfermedad que se caracteriza por los depósitos de fibrillas de beta amiloide en el espacio extracelular del corazón provocando daño orgánico.

La amiloidosis cardiaca es una enfermedad infiltrativa grave y progresiva, se puede producir por alteraciones genéticas en las formas hereditarias, o deberse a factores externos como las enfermedades adquiridas.

El diagnóstico de la amiloidosis cardiaca incluye dos fases críticas: la fase de sospecha y fase de diagnóstico definitivo.

Entre las pruebas que ayudan a diagnosticar amiloidosis cardiaca se encuentran.

  • Análisis de sangre
  • Electrocardiograma y ecocardiograma
  • Resonancia magnética  cardiaca
  • Gammagrafía cardíaca
  • Biopsia cardiaca, prueba concluyente para el diagnóstico.
  • Estudios genéticos para diferenciar las formas hereditarias de las no hereditarias.

La amiloidosis cardiaca suele aparecer dentro de un conjunto de signos y síntomas extracardiacos que involucran los riñones, el sistema nervioso, el tracto gastrointestinal y el sistema musculoesquelético, provocando una morbilidad significativa y deterioro de la calidad de vida.

Estos signos y síntomas incluyen proteinuria  (proteínas en orina), macroglosia (lengua grande), hematomas en la piel, síndrome del túnel del carpo,  rotura espontánea del tendón del bíceps, estenosis espinal, reemplazo de cadera o rodilla, cirugía previa de hombro o neuropatía periférica autonómica.

A nivel del corazón provoca:

  • Aumento en la rigidez del músculo cardiaco, lo que impide al corazón relajarse por completo y llenarse, provocando síntomas de insuficiencia cardiaca.
  • Alteraciones en el sistema de conducción, lo cual ocasiona arritmias.
  • Afectación a nivel de aurículas los que aumenta la probabilidad de fibrilación auricular y formación de trombos.
  • Engrosamiento de válvulas
  • Depósitos amiloides en arterias coronarias provocando isquemia y necrosis.

En los últimos años se han logrado grandes avances en el tratamiento de la miocardiopatía relacionada con la ATTR, que, en conjunto con la posibilidad de realizar el diagnóstico temprano de esta patología, contribuyen a cambiar radicalmente la evolución de la misma y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La amiloidosis no se puede prevenir y no hay forma de evitar el desarrollo de la enfermedad, pero ciertos hábitos cardiosaludables contribuyen a minimizar sus efectos, así como reducir la ingesta de sal y evitar comer alimentos con alto contenido de sal.