La Disautonomía es una alteración del Sistema Nervioso Autónomo (SNA), el cual controla las funciones involuntarias de los órganos internos. Regula la temperatura, la frecuencia cardiaca, la sudoración, tensión arterial, o la respiración. Es un desafío para pacientes y profesionales de la salud, incluidos los cardiologos en Guadalajara.
De ellas, la más evidente y sintomática es la tensión arterial, que en los casos de tensión baja se manifiesta como cansancio, fatiga, agotamiento, mareos, inestabilidad, pérdida de conocimiento, sudoración, cefaleas, frecuencia cardiaca baja, etc. Esta Hipotensión mediada neurológicamente, se la conoce también como Disautonomía.
Emociones fuertes, cambios de temperatura elevados en lugares cerrados o con mucha aglomeración de personas. En situaciones en las que realizamos cambios posturales bruscos como el paso de estar acostado, sentado o en cuclillas a ponerse en pie, o bien, estar de pie quietos durante bastante tiempo, provocan un aumento del retorno venoso a las extremidades inferiores, con lo que la presión arterial baja de forma brusca y llega poco sangre oxigenada al cerebro, que llega a provocar el desmayo, sincope o en el mejor de los casos mareos e inestabilidad.
¿Quiénes son más vulnerables?
Esta condición afecta a hombres y mujeres, siendo más frecuente en estas últimas, y la adolescencia es generalmente la época de inicio. También, se ha asociado a personas con hiperlaxitud articular.
Prueba diagnóstica: Mesa inclinada
La mesa inclinada sirve para registrar la respuesta de la presión arterial y la frecuencia cardiaca al cambio postural del cuerpo.
El paciente se recuesta en una camilla, a la que queda sujeto. Luego de un periodo de reposo, ésta es levantada a un ángulo de 70°, donde se mantiene por un periodo determinado por lo general de 15 minutos.
Durante el estudio, se vigila a través de un electrocardiograma y mediciones de la presión arterial por una enfermera especializada, los parametros necesarios para analizar sus variaciones.
Si no se desencadenan sintomas durante la primer fase del estudio, se administra algún fármaco vasodilatador para acentuar las reacciones del organismo y de esta forma simular, por ejemplo, una situación de estrés, lo que puede desencadenar un desmayo. Si aparecen síntomas que reproducen síncope o mareos, la prueba se detiene.
Es habitual que al someterse a este examen la persona tenga inicialmente palpitaciones. Si la frecuencia de las pulsaciones disminuye demasiado (bradicardia), o la presión arterial desciende en forma importante (hipotensión), es posible que se sientan mareos, e incluso se reproduzca el cuadro de pérdida de conciencia que motivó el estudio.
Ambas condiciones se manejan, la gran mayoría de las veces, volviendo a la posición horizontal y, si esto no funciona, se aplican las medidas correspondientes para cada caso.
¿Hay medicamentos para su tratamiento?
Se utilizan fármacos para subir la presión pero sólo son paliativos. Esto es, quitan síntomas y se usan solamente mientras son necesarios, ya que en la disautonomía la piedra angular es la prevención de los episodios y generalmente mejora de forma espontánea al pasar los años.
¿Qué cuidados debe tener?
La mayor complicación es un golpe en la cabeza ante una caída por desmayo. Por lo tanto, de presentar síntomas como sensación de debilidad o fatiga, visión borrosa, zumbido o pito en los oídos, o presenta sudoración, palidez o náuseas, la persona debe sentarse o acostarse rápidamente.
Además, se recomienda mantener una buena hidratación (consumiendo agua y sal en forma importante). No pararse de forma rápida y evitar estadías largas de pie sin moverse (en el transporte público o mientras se hace fila), evitar el consumo de alcohol y los ambientes calurosos, así como no consumir fármacos que bajen la presión arterial (tratamiento antihipertensivo, diuréticos), entre otros.